La velocidad no siempre es el mejor camino
Hay noticias que por sí solas pueden provocar ciertas reacciones entre la ciudadanía, pero en ocasiones la aparición de dos hechos noticiables de muy diferente índole en un corto periodo de tiempo nos da una bofetada de realidad y nos pone ante ciertas paradojas o contradicciones que deberían hacernos reflexionar, pero que en la mayoría de las ocasiones sólo están pululando unas horas por el ideario colectivo, para dejar paso antes de lo que debería a otros pensamientos más banales. No voy a negar que en ocasiones la ignorancia sobre ciertos aspectos aporta más felicidad que el conocimiento, pero el riesgo al que nos enfrentamos es que si todos nos pusiéramos las orejeras y cerráramos los ojos, cuando un día queramos entender lo que nos rodea no seremos capaces, ya que nuestros sentidos estarán dormidos y será demasiado tarde.
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