19/02/2021

Generación Hacendado

Por Pedro Lechuga Mallo

Hace unos días, el sociólogo Antonio Blanco, y amigo a tiempo completo del que escribe, tiraba de ironía en un tuit en el que se sorprendía porque tras varios siglos de lucha para liberarnos de diferentes formas de esclavitud, resultaba que terminamos con los móviles colgados del cuello, haciendo alusión a esa moda cada vez más extendida de llevar el smartphone como si fuera una medalla. Deberíamos preguntarnos si de verdad ese apéndice electrónico es un premio o un castigo.

Al hilo de este comentario en el mundo virtual del pajarraco de Twitter, mi compadre real me hizo llegar un artículo suyo sobre algunos de los escenarios que los estudiosos consideran disfrutaremos o sufriremos, según los casos, en el mundo pospandemia. Es curioso, pero la mayoría de ellos coinciden en que a mediados de esta década estrenaremos una versión actualizada de los felices años veinte vividos hace un siglo. Para esta afirmación se basan en el estudio del comportamiento humano tras otras epidemias históricas, lo que demuestra que al fin y al cabo, aunque el entorno varíe, los que pisamos sobre él no cambiamos tanto. Un ejemplo de que el reloj de la evolución humana va a su ritmo, por mucho que en ocasiones nos queramos convencer de que corre a una velocidad endiablada.

Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica.