El Palacio de Hielo vacío
Mucho se ha hablado sobre la memoria gráfica de la pandemia en nuestro país. Son numerosas las imágenes de calles vacías, de los aplausos de las ocho de la tarde y de los incumplimientos de las medidas indicadas desde las autoridades, pero de lo que prácticamente no tenemos nada es de la parte más dura y trágica de la COVID-19. Imágenes que nos hagan recordar que han fallecido oficialmente más de 28.000 personas, a las que presumiblemente habría que añadir unas cuantas de miles más. Es incomprensible que ante una catástrofe de este calibre, haya habido una especie de apagón informativo en relación a imágenes que estuvieran a la altura de la crudeza de la situación que hemos sufrido.
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