Vienen curvas
Desde hace ya algún tiempo vivimos instalados en la excepcionalidad. Cuando todavía no hemos conseguido enderezar el rumbo del todo, nos enfrentamos a un nuevo camino sinuoso lleno de curvas peligrosas. Quizás sea el momento de desterrar el concepto de excepcionalidad y asumir que lo que está ocurriendo es la normalidad presente y futura. Ese es el verdadero drama. Lo peor no es lo que estamos viviendo. El problema es que el futuro no se vislumbra que vaya a ser mejor. Me atrevería a decir que, incluso, si hacemos caso a las señales que nos llegan, lo que está por venir va a dar la razón a esa manida frase de que cualquier tiempo pasado fue mejor.
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