04/02/2023

Perdón, perdón y perdón

Por Pedro Lechuga Mallo

Esto es lo que deberían estar repitiendo algunos como castigo por su incompetencia y soberbia. Pero en vez de esto, se esconden en excusas y lejos de asumir responsabilidades tienen el cuajo de echar la culpa de su inoperancia a otros. Ya sólo les falta invocar a una conspiración judeo-masónica. Han pasado ya 4 meses de la aprobación de la conocida como ley del ‘solo sí es sí’ y tras constatarse a día de hoy más de 370 reducciones de penas a delincuentes sexuales, siguen enzarzados en una lucha política, pero sin asumir ninguna responsabilidad. Ya lo verán, al final la culpa va a ser del maestro armero.

Anteriormente me refería a la incompetencia y soberbia de los impulsores de esta ley, porque es la única explicación que puedo encontrar ante la barbaridad de la que estamos siendo testigos. No dudo de la buena intención de aquellos que decidieron reformar la ley de libertad sexual. Pero en algo tan serio como cambiar una ley y más, en un tema tan importante como las agresiones sexuales, lo siento, pero no vale con tener buena intención. Hace unos días escuché a algunos representantes públicos referirse a las reducciones de penas como ‘efectos indeseados’. Vale, se lo compro. Pero obviaron decir que estos efectos no son inesperados. Antes de aprobarse la reforma de la ley muchos juristas, figuras de peso con una contrastada trayectoria en la lucha feminista y diversos agentes sociales avisaron de lo que iba a ocurrir si se aprobaba la reforma de la ley según estaba prevista. ¿Qué hicieron los responsables e impulsores de esta reforma? Nada.

Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica.