Es paradójico que tras dos años de pandemia y más de 100.000 muertos en nuestro país, las mascarillas se hayan llevado por delante al líder de la oposición, mientras que ningún responsable del Ministerio de Sanidad ni del Gobierno haya sufrido rasguño alguno.
Es paradójico que una periodista metida a política haya conseguido más trofeos que algunos periodistas que ejercen como tal. El papel de control del poder del periodismo está en la esencia de dicha profesión y no son pocos los políticos que han tenido que dar un paso atrás debido a la presión mediática. Pues parece que Ayuso no olvida su paso por la universidad y ya puede atesorar entre sus trofeos haberse llevado por delante a los Pablos. Está por ver si ella consigue salir ilesa del embrollo de su hermano, pero a día de hoy Iglesias y Casado ya son historia.
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