14/03/2019

Habrán sido los rusos

Por Pedro Lechuga Mallo

San Petersburgo. Número 55 de la calle Savushkina. 03:00 horas del sábado 9 de marzo. Alexander Popov teclea un comando en una de las plantas de esta ‘granja de trolls’ y ‘fábrica de noticias falsas’ que tiene como destino territorio español, más concretamente Castilla y León. Y a las 10:30 hora local vuelve a teclear la misma serie de letras y números. En sólo unos segundos el pulsar de sus dedos sobre el teclado de su ordenador tiene una reacción inmediata, la candidatura de Silvia Clemente a las primarias de Ciudadanos en Castilla y León recibe a partir de las 01:00 horas 50 votos en el primer ataque y posteriormente otros 30 votos a partir de las 08:30 horas. Todo concuerda si tenemos en cuenta la diferencia de dos horas entre San Petersburgo y Madrid.

Visto así, podría ser el inicio de una interesante novela que mezclara ficción y realidad e injerencias de potencias extranjeras en nuestro país. Lo reconozco, me he venido arriba con la Madre Rusia y todo por culpa del periodista Vicente Vallés, quien estuvo en tierras leonesas hace unos días presentando su último libro ‘El rastro de los rusos muertos’, en el que cuenta al lector el goteo misterioso de muertes, más o menos extrañas, de compatriotas del camarada Vladimir Putin. La diferencia es que lo que narra Vicente Vallés no falta a la verdad, mientras que en mi párrafo inicial lo único que es cierto es el final, que no es otro que un intento de fraude en unas primarias de un partido político. No obstante, siempre nos quedará el comodín del público de «habrán sido los rusos» para justificar cualquier situación que escape a la lógica de la moral y a los principios más puros de la democracia.

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