29/12/2019

El tonto del Monopoly

Por Pedro Lechuga Mallo

Vamos, ánimo, que ya queda menos. Casi sin darnos cuenta ya hemos superado, con mayor o menor suerte y dignidad, el sorteo de la Lotería de Navidad y la cena familiar de Nochebuena. Eso sí, ya hemos empezado la cuenta atrás para en menos de un año volver a escuchar el soniquete de los niños de San Ildefonso y el de cuñados, suegras, yernos y demás fauna ibérica que habitan dentro de la especie conocida como familia política. En un principio no encontraba mucho sentido a ese apellido de ‘política’, pero tengo que reconocer que en la actualidad y viendo el gran nivel de nuestros políticos no hay mejor vocablo para definir a esos que no has elegido, pero que son daños colaterales de un calentón amoroso o vayan a saber de qué tipo. Y en cuanto a los del ‘Bombo’, siempre he defendido la teoría de que lo malo no es que no te toquen unos cuantos miles de euros, eso es asumible, lo que es una tragedia es que tú sigas igual de pobre que antes y que sin embargo a compañeros de trabajo, vecinos o conocidos sí que les sonría la suerte. Llámenme ‘amarrategui’ pero en este partido millonario firmo el empate antes de empezar. A mí no, pero al resto tampoco.

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