17/12/2021

Discriminación positiva

Por Pedro Lechuga Mallo

Son indudables las ventajas que ha aportado la discriminación positiva a la hora de corregir ciertas desigualdades. Este concepto tiene su origen en Estados Unidos y surgió para luchar contra la opresión racial sufrida por los negros, pasando a aplicarse posteriormente en más ámbitos. Se fundamenta en combatir la discriminación con discriminación, eso sí, esta última con unos fines y objetivos muy diferentes a los de la primera. El problema está cuando los humanos metemos la mano y corrompemos y pervertimos algo que en su origen busca el bien común, utilizándolo con unos fines ilícitos y favoreciendo lo mismo que pretendía erradicar en su origen.

No es muy políticamente correcto hablar de los peligros del mal uso de la discriminación positiva, ya que inmediatamente te tachan de enemigo de la igualdad, cuando precisamente es todo lo contrario. Buceen un poco por Internet y visiten páginas de entidades que abogan por la discriminación positiva y vean en cuántas de ellas junto a sus bondades, que insisto son muchas y la historia así lo atestigua, también mencionan los peligros de una discriminación positiva orquestada por talibanes del pensamiento único y del supremacismo ideológico. Lamentablemente brillan por su ausencia. Por esta razón, es importante recordar de vez en cuando la cara oscura de esta práctica. Y si les parece, lo hago con un ejemplo actual.

Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica.