19/11/2020

Ciencia a velocidad del sonido

Por Pedro Lechuga Mallo

¿Quién da más? Hagan juego señores. ¿Alguien ofrece una efectividad del 99%? Venga, anímense. Desde hace meses vivimos instalados en una montaña rusa. Un día parece que la curva de la muerte y del miedo se aplana, para unas jornadas después empezar un vertiginoso y dramático ascenso sin saber dónde estará el límite. Llevamos un año en el que nuestro cerebro está sufriendo una ducha informativa de contraste y no creo equivocarme al decir que esto es de todo menos saludable.

Nos llevan meses grabándonos a fuego que la velocidad de la ciencia no es tan rápida como nos gustaría y que debemos ser pacientes para conseguir avances significativos. Innumerables especialistas de diversas disciplinas hicieron pedagogía, acertadamente considero yo, sobre lo incompatible que es la rapidez y la ciencia. La mayoría de los expertos nos han advertido que las primeras vacunas tendrían una efectividad moderada y que ésta iría mejorando con el paso de los meses y de los años. Y resulta que, tras incontables calderos de agua fría, han llegado tres de agua casi hirviendo, y quizás no sean los últimos. El primero fue el de Pfizer, que hizo públicos los resultados de unos estudios intermedios y que, según sus análisis, llega a una efectividad del 90%. A los pocos días le tocó el turno a los rusos y su vacuna Sputnik V, afirmando que es efectiva en el 92% de los casos. Si esto no fuera poco, Moderna subió la apuesta y llegó hasta el 94,5%. Y sorpresa de última hora, ayer mismo Pfizer subió su efectividad hasta el 95%. ¿Ustedes entienden algo? Un servidor, reconocido ignorante en temas científicos, no. ¿Habrá algún valiente que todavía se arriesgue a subir la apuesta?

Lee aquí el artículo completo publicado en La Nueva Crónica